Es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la
capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra proviene del griego πέτρα
que significa piedra, y su nombre es perfectamente idóneo; no se trata de una
ciudad construida con piedra sino, literalmente, excavada y esculpida en la
piedra.La antigua ciudad de Petra fue construida hace 2,000 años por un grupo de semi-nómadas de origen árabe llamado los nabateos
El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto,
al este del valle de la Aravá que se extiende desde el mar Muerto hasta el
Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus
construcciones labradas en la misma roca del valle (hemispeos), en particular,
los edificios conocidos como el Khazneh (el Tesoro) y el Deir (el Monasterio).
En 1812, el suizo Burckhardt disfrazado de beduino, llegó a las ruinas de esta ciudad entre desfiladeros y abismos imposibles. Rojo, amarillo y verde en la naturaleza contrastan con el blanco de la piedra de una infinidad de monumentos literalmente excavados en la roca. Una civilización desaparecida en la nada, los nabateos, de la que hoy quedan anfiteatros, tumbas y, como no, el monasterio. Una imponente fachada de 45 metros de ancho y 50 metros de ancho literalmente tallada en la roca. Este templo, declarado patrimonio de la UNESCO, es un caso único por haber sido construido al revés, es decir, de la cabeza a los pies. Estar en Petra puede parecerse bastante a estar de excursión por los confines del mundo.
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